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  • La ansiedad y el pánico son sentimientos naturales de nuestro cuerpo frente a una situación de estrés. Existen personas que se les detona de manera más frecuente que a otras. Cuando estos sentimientos abarcan todos los aspectos de la vida es el momento de buscar ayuda.
  • Un ataque de pánico es la sensación máxima relativa a la ansiedad. En ese momento, nuestros sentidos se ven totalmente desorientados. Es común pensar que nos vamos a morir o que será imposible dejar de sentirnos así. Opuesto a lo que podamos pensar, no existe un real peligro para la salud, debido a que es una respuesta normal.
  • Meditar en cualquiera de sus formas es, para lo expertos, un buen trabajo para conocer nuestro cuerpo y hacer mejor frente a un ataque de pánico o ansiedad. Respirar, ser capaces de discernir el presente y entender que no existe un peligro para nuestra salud es algo que se puede ir aprendiendo en la meditación.

Los ataques de ansiedad y pánico pueden ser experimentados por cualquier persona y no siempre se pueden predecir o entender que lo desencadenó. “No sabes si te estas volviendo loco, te vas a morir o simplemente estás exagerando, comenta la máster en Psicoterapia contextual y psicóloga Mariana Ramos, del centro de terapias Desansiedad, que discutió con Vida y Salud sobre este interesante tema. La ansiedad y los ataques de pánico son aún temas poco entendidos y en ocasiones vistos como un signo de debilidad. En este artículo trataremos de entender lo normales que son y cuándo es un buen momento para buscar ayuda profesional.

¿Qué es la ansiedad?

Nuestro sistema nervioso y cuerpo está diseñado para defenderse de estas situaciones de peligro [estrés]. Se nos tensan los hombros para defendernos, sudamos para hacernos resbalosos y escapar, queremos salir corriendo por lo que nos sube el ritmo cardiaco y mandamos la sangre a los músculos. En una situación así es normal sentir muchísimo miedo también”, apunta la psicóloga en relación a lo que es el estrés.

La ansiedad, por lo tanto, es la respuesta natural al estrés. Donde sentimos preocupación, dudas o una respuesta física. Esto nos sucede en cualquier momento donde no estamos seguros, como al hablar en público, en una entrevista de trabajo o en dificultades de salud, económicas o sociales.

Hay personas que le sucede más que a otros [apunta la experta], incluso ya lo siente como algo normal de su día a día. Ahora, si empezamos a tener dificultades para realizar nuestra vida como usualmente la hacemos, puede que estamos en un trastorno de ansiedad generalizada”.

Entendiendo los ataques de pánico

Tener un ataque de ansiedad y pánico puede ser horrible, pero no hay un peligro físico real para la salud. Es decir, al ser un proceso normal y natural de nuestro cuerpo, no estamos frente a un riesgo de salud”, indica la psicóloga. Ciertamente, el episodio no supone un peligro, pero el estrés crónico si es peligroso.

El ataque de pánico, para la profesional, es la cúspide dentro de un trastorno de ansiedad. ¿Cómo identificarlo?

  • Físicamente sentimos taquicardia, sudoración excesiva, dolor de cabeza
  • Mentalmente, desorientación, ganas de salir corriendo, se duda si estamos perdiendo el raciocinio, incluso sentimos que lo peor puede pasar.
  • Emocionalmente sentimos mucho miedo, temor a lo que nos activó y también a que podemos morir por lo que sentimos al pensar que es un ataque al corazón o bloqueo respiratorio.
  • Podemos sentir pánico, sin antes sentir ansiedad en absoluto.

Lo que detona un ataque de ansiedad varía entre cada individuo. Hay personas que viven, como te decía, en un estado ansioso constante, pero nunca tener pánico. Algunos al saber lo que les da ansiedad se les genera un pánico anticipatorio también”.

Sentir pánico y ansiedad es normal

El pánico también es algo natural y normal, no son enfermedades, el cuerpo no está desequilibrado. Estamos respondiendo a un estímulo que para mí es real y es peligroso”.

Cuando tienes constantes ataques de pánico, se empieza a forjar un poco la creencia, junto con ansiedad, de que no se va a poder salir de esto. Es imposible, muy difícil. Incluso tu vida se planifica en torno a esto. No podemos tampoco pensar que eso es normal, en necesario buscar ayuda profesional”, afirma.

  • Con una terapia se puede encontrar guía y acompañamiento para acercarse y sentir las emociones gradualmente. “Tiene que experimentarlas y darse cuenta de que está a salvo”, señala.
  • Al ser sensaciones normales, no representan un signo de debilidad. “Tenemos que ayudarlos a que se den cuenta que esas creencias son equivocadas, si pueden cambiar, si pueden gestionar su vida”, remarca.

Apoyar como si fueras tú

Una muy buena forma de salir de nuestra mente y anclarnos al presente, algo muy importante para reducir la ansiedad [general y en un ataque], es que mediten, de la forma que les guste y acomode más” subraya Mariana.

Al momento de trabajar la ansiedad, se repiten 3 consejos:

  • Respirar
  • Encontrar y sentir el presente
  • Comprender que los pensamientos solo están dentro nuestro y no hay nada que nos quiere hacer daño

Con la práctica de meditación podremos hacer frente al momento en que nos ocurra un ataque de ansiedad y pánico. Al practicar, junto con las psicoterapias, es posible hacer mejor frente a lo que nos sucede y que nos provocó un ataque.

¿Y si te encuentras con una persona que está en medio de una crisis? La experta aconseja que:

  • “Nunca se le diga a la persona que se calme, porque seguro que ya lo pensó y no pudo”.
  • “Actúa como te gustaría que actuaran contigo”. Acercarnos, escuchar activamente y hacer sentir que estamos para apoyar son los pilares básicos.

 

Por Carlos Diego Ibáñez
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